CRÍTICA: EL CONSEJERO

Infumable barullo famosillo...

No, no es mentira, es verdad. He estado casi una semana sin escribir nada, porque mi cerebro decidió poner reset nada más terminar de ver "El consejero" (The counselor, 2013) de Ridley Scott. Me parece, (en mi opinión claro) una película sin gancho, sin fuerza y que se pierde por los estribos de todo el casting famosillo que tiene. No tiene porqué ser una buena película por el casting que tengas: Fassbender, Bardem, Penélope Cruz, Cameron Diaz, Brad Pitt, etc..., sino por lo que quieras contar. Claro que tiene fuerza en una película, pero el problema es que al guión no lo salva ni Dios. "El Consejero" cuenta las peripecias de un abogado que decide conseguir más dinero metiéndose en el mundo del narcotráfico, el problema llega cuando su estratagema es descubierta por la policía.



Una trama que podría enganchar a cualquiera, pero nuestro maestro Cormac McCarthy (el fabuloso creador de "No country for Old Men" (Id, 2009) de los hermanos Coen o la blanquecina y oscura "The Road" (Id, 2008) de John Hillcoat) se ha pegado un patinazo de poco cuidado. Déjese de escribir guiones y dedíquese a las novelas autodestructivas. El problema del guión son todos los diálogos, ya que terminan sin ton ni son, en meros estereotipos del sexo, las secuencias las cuales no pueden entablarse entre sí y los personajes poco desarrollados. Y el problema más gordo, es que Ridley Scott no se haya dado ni cuenta...



Los actores no consiguen salvar la película. Están totalmente perdidos. Ninguno de los actores consiguen que la película se relance y tengas propósito de seguir viéndola. Simplemente actúan como marionetas de un gran Ridley Scott (que ya de por sí es un magnífico director que se ha ido diluyendo pasando los años...) que intenta solventar con un montaje vertiginoso y una fotografía suficiente. Pero pobre Javier Bardem; ya que cualquier papel que toca, se convierte en oro. Y aquí, no dura ni una hora vivo...



"El consejero" no consigue transmitirme lo que quiere, no sé que me quiere contar (e aquí un grave problema) y onsiguió que me separara de la pantalla. Preferí hacer otras cosas, mientras la veía. Lo siento mucho, pero me defraudaste Ridley Scott. Chicos/as, os doy un consejo, no es una película para disfrutar un viernes por la noche, sino una tarde de fin de semana. Ni el mismísimo diablo, la salvaría de quemarse...

NOTA: 3/10

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