CRÍTICA: EL LOBO DEL WALL STREET

La lujuria de Scorsese.

Entretenida, divertida, electrizante, chispeante. No hay más que decir. Nuestro amigo Scorsese nos vuelve a demostrar con otra epopeya sobre Wall Street, a base de sexo, drogas y dinero. Una película difícil de digerir, un puñetazo en el mismo estómago, pero de diversión a raudales. Leonardo Di Caprio nos deja su sello otra vez con una gran actuación que roza la perfección y el esperpento al instante. La escena de la cabina magistral. Pero también la escena de su dimisión, o la escena del crack. Sin duda alguna, Scorsese nos vuelve a dejar escenas inolvidables. Aunque no sea la película triunfadora de los Oscars (eso creo yo...), es un muy buen film para tener en tu colección personal. Y desde ahora, ya ha conquistado mi corazón. Pero no es todo oro lo que reluce...




Con un guión,a mi pesar, flojo, en el que sólo se salva por aquellos diálogos entretenidos y asombrosos sobre Madsen o aquellos que el espectador disfruta cuando están puestos hasta el culo. Y aunque DiCaprio como Jonah Hill lo escenifiquen hasta lo máximo, el guión no llega a ser tan robusto como debía de ser. Y mira que el guionista es nuestra gran Terence Winter (Los Soprano, Broadwalk Empire), pero eso no le salva de la cremà... Y no hablemos de su duración, algo aún más esperpento y sobrenatural, que transmite a la vez que rapidez, lentitud... Pero ahí están Di Caprio y Jonah Hill con sus actuaciones memorables o Scorsese con su gran forma de dirigir. Sin dar más detalle, son los salvadores de este film.




Y no hay más que hablar, excepto de una fotografía maravillosa y un montaje veloz y electrizante. Siempre con sus más y sus menos...pero sin duda alguna, El lobo de Wall Street (The wolf of Wall Street,  M.Scorsese 2013) es una película redonda (aunque tenga sus menos) dirigida por nuestro capó Scorsese, al que toda persona le tiene  sexo, drogas y Wall Street. Sin duda Wall Street.

NOTA: 7/10

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